Monday, January 30, 2012

Dust to dust


Es su cumpleaños y recorro el mini jardín de su casa de Acassusso. Si hay algo que puede decirse de mi madre es que nunca debe haber envidiado el pasto del jardín ajeno, nunca más verdes que los de ella, nunca más acolchados. Tanto que éste parece una alfombra, tanto que tengo ganas de sacarme los tacos y caminar descalza entre sus invitadas, entres las teteras que salen calientes de la cocina con Earl Grey. No lo hago claro, no vaya a ser que quede como la hija hippie que chifló y necesita caminar descalza para contactar con la naturaleza.
Recorro con un poco de envidia sus plantas, sectores que parecen una mini selva. "Es la sombra" me digo a mí misma y pienso en mi balcón de sol imposible que sólo admite crásulas y suculentas varias. Busco la alegría del hogar donde habían ido a parar las cenizas de mi abuela que fueron enmacetadas con la mudanza. O ese cree mi made al menos. Entre tetera tetera la miro.
-¿Y Granny?
-En la maceta con la disciplinada que está ahí...
Me señala una maceta alejada. Que poco apropiado que mi abuela haya ido a parar a una "alegría del hogar" y más tarde a una "disciplinada". A mí me iría la primera, definitivamente no la segunda.
Miro la planta creciendo abajo de un árbol. Mi vieja se ríe con sus 17 amigas invitadas y cada dos minutos pierde el foco de lo que iba a buscar a la cocina. Veo que la herencia está repartida. No es el único gen colgado.
Agua le digo sólo con la boca, agua para el té. Y por si no entendió le hago gestito de regadera que quiero creer que en contexto ella interpretará correctamente como tetera.
Se va riendo a la cocina, la veo caminar de espaldas en su vestido turquesa y sus chatitas. Supongo que mi abuela desaprobaría el escote y que esté con Rayban aviators adentro de la casa. Es que con sus ojos claros, sufre el sol. Por si me escucha.

Labels: ,

Wednesday, January 25, 2012

Estoy

Voy, vengo, voy, vengo.
Y vuelvo, siempre vuelvo.

Labels:

Friday, January 20, 2012

Las cosas


Si alguien me llevase con los ojos vendados a cualquier lugar del planeta y en una habitación cualquiera pusiese 3 ó 4 objetos entre un millón de otros, no importa en qué momento de mi vida, yo los hubiese identificado uno por uno como si tuviesen etiqueta. Son de Toti, diría.
Las máscaras africanas que siempre estuvieron en el “cuarto de costura” (arriba del escritorio con persiana) que prolijamente embaló en la valija Samsonite amarilla que hizo cuando se fue, el leoncito de plata que ganó en Cannes, un broche de ropa gigante para agarrar papeles que compró al por mayor y se regalaba a la salida de mi cumpleaños número 10, los Mickey en todas sus versiones, el libro gordo, enorme con toda la historia. No quise peguntar por ese par de esposas. Dado que estaban apoyadas muy casualmente sobre el libro y que más allá había un dedo cortado después de la segunda falange que se enciende en la punta como E.T humano (bueno,de ser posible alguien así) asumí que eran parte de algún truco de magia al que es bastante adepto o habían sido parte de la utilería de alguna película como esos hielos de acrílico que le habían salido cientos de dólares y que aún conserva en una cajita bien envueltos para que no se rayen.
-Ideales para un primer plano de un whisky…
Consigamos la cuenta de Jack Daniels, pienso. ¿Aunque no es whisky eso, no? De todas formas es el que más me gusta en cuanto a etiquetas. Johnnie Walker también estaría bien, ahora que lo pienso y además lo tuvo a Harvey Keitel, pronunciado Keitél y no Kéitel como decía yo.
Arriba está la reproducción del Sovereign of the Seas que una vez alquiló a su dueño y constructor para otra película y terminó comprando. Tiene la historia escrita a mano por el tipo que lo armó; se lee fecha y que fue el clipper más veloz de su clase. Me lee los nudos. Knots, dice. Después me recuerda que el día que decidió comprarlo mamá le rompió el mástil más alto con el baúl del auto y lloró durante horas. Pobre tu madre, también dice, se angustió tanto…y mira hacia afuera por la ventana. Insisto en preguntar por qué teníamos un barco en casa. Digo, nunca fuimos gente de mar, gente de Punta del Este puede ser, Marisconea y El Ciclista en los 80 pero no de mar.
-Me enamoré. Un día va a ser tuya, eh. Te va a ir bien en la biblioteca.
Creo que prefiero la vieja Underwood en la que escribía mi abuelo y soy muy perra y hago una pasada por Christie´s y veo otra reproducción del mismo clipper a unas ocho lucas dólar.
Sigo sumando a mi dudosa herencia, esperando que algún hombre en mi vida sepa apreciarla (más que yo) aunque después me acerco y veo los detalles de las velas enrolladas y los botecitos minúsculos que cuelgan de los costados y el mástil roto por mi madre y enmendado por este hombre “que ya debe haber muerto hace siglos, te imaginarás y con los años fue haciendo juego el pegamento y la madera y se volvió a quebrar” y todo me conmueve un poco.

Labels: ,

Tuesday, January 17, 2012

The Freaking Little Fern That Could


En una versión revampeada de "The Little Engine That Could" tengo un helecho who finally could. Me llevó casi un año domarlo. Nos amamos, nos odiamos, un día dejé de hablarle, me castigó, lo ignoré, otro día decidí tratarlo bien, me fui de viaje dos veces, busqué en Google "Why is my tropical fern turning yellow?", lo relegué a un rincón, lo di por muerto, finalmente decidí invertir en el y le compré una maceta grande, lo llené de tierra nueva, después lo blanquié con la gente y lo puse en la entrada de casa. Eso, ahora está así. Reivindiqué mi green thumb que creía fallido.

Labels: ,

Monday, January 16, 2012

My kinda guy


Si me pidiesen que enumere cosas que me calientan de un tipo (¿quién lo haría?, claro, pero supongamos que sí) tendría que ponerme a pensar un rato e irremediablemente caería en ese listado invisible de “Cosas y tipos que me calentaron en el pasado” y armaría el Fankenstein ficticio con el que me podría pasar toda una vida. Y después de todo la cosa es que uno se enamora y al final no sabe muy bien de qué.
Pero dije "calentar".
“Que sepa coser, que sepa bordar”diría que no (sí lo de abrir la puerta cuando paso) pero bien podría ser que sepa cocinar o le guste comer bien y no encare con el mismo tibio entusiasmo unas Vienísimas con puré Chef que un chicken tikka masala.
Muy bienvenido que lea (lo que sea, desconfío de la gente que no lo hace). Una vez salí con un tipo que tenía a ¡Viven! como único registro literario de toda su vida. Sí, desastres aéreos, uruguayos antropófagos, rugbiers, camaradería y supervivencia extrema como sólo se ve en esos canales después del 40 de Cablevisión. ¡Hasta a mí me había gustado! Jugaba o había jugado en Champagnat. Who could ask for anything more ¿no? Aún así, no había podido con el libro, no la temática que encontraba medianamente “atrapante” (por suerte) pero a mi pequeño hooker le molestaba “la cosa de leer…”. Supongo que habrá sido más feliz con la película. Para ese entonces, yo ya le había perdido el rastro.
Leé; la etiqueta de atrás de la crema de enjuague (yo lo hago) pero leé. Algo.
La acidez en el sentido del humor y el PH perfecto en el beso supongo que implicarán alcalinidad en algún otro aspecto que no identifico. Tick, a la lista.
No necesito que toque la guitarra, si lo hace mejor, que le guste la música, que me escuche cantar sin arrastrarse del dolor y le guste, sumaría tremendamente. El ingrediente narcisista no se me pierde de vista. Algún día se irá, o creceré. O me daré por vencida.
Que cuente en su haber con al menos 3 anécdotas maravillosas de un viaje; que las sepa contar y que el placer que siente cuando las recuerda se le vea en la cara. Pueden ser un detalle.
Que se ría. Con ruido, de ser posible.
Un toque melanco. Una melanco que no sea depre, una melanco que ande dando vueltas por ahí, la misma que tengo yo, bueno, no la misma pero en una cuota sostenible como la mía, creo. A veces me encuentro más melancólica que lo tolerable, como los índices de toxicidad ambiental y muevo, activo. Nadie tampoco tiene por qué bancarse semejantes niveles de smog ajenos.
Me gustan los tipos en jeans, me calienta un gran traje pero hay algo con el jean y un elástico asomando apenas por arriba de la cintura cuando bajás la mano por la espalda. Eso también.
Que escriba es ambivalente, creo que suma, después que no. Y que escriba bien no ha sido síntoma de nada en mi vida. Terminó por dejarme impávida a largo plazo o malherida (dos estados que odio).
A guy that´s been around, diría mi madre de una mujer. Digo, que haya probado buenos mordiscos de cosas y algún trago amargo. Alguna pena de amor. Aunque sea un rato.

Estoy en un noviazgo prolongado con Anthony Bourdain, hace tiempo. Este fin de semana, en un estado de histeria callada; no como esas minitas que se arrancaban los pelos si Elvis meramente bajaba la mirada pensando que cantaba para ellas. Solamente para ellas.

"My younger brother, Chris. (…) He was forced to watch the endlessly unfolding psychodrama at the dinner table when I’d show up late, stoned, belligerent, a miserable, sullen, angry older brother with shoulder-length hair and a bad attitude, who thought (…) my parents were fascist tool instruments of the imperialist jackboot, that their love was holding me back from all those psychedelic drugs, free love, and hippie-chick pussy I should have been getting had I not been twelve years old and living at home".

O después de preguntarse "What is an oyster if not the perfect food?" me gusta cuando concluye:

"I hadn't, I realized, returned to France, to this beach, my old town, for the the oysters. It wasn't the fish soup, or the saucisson, or the pain raisin. I wasn't to see a house in which strangers now lived, or to climb a dune, or to find a perfect meal. I'd come to find my father. and he wasn't there".

Morir de amor.
Anthony Bourdain. A Cook's Tour.

Además de todas esas drogas recreativas del pasado, esos platos, el tono de voz, el viajero empedernido, los jeans, ese ser sexy sin enterarse, además de todo eso escribir así. My kinda guy. Tony escribe para mí.

Labels: ,

Friday, January 13, 2012

Sh...


Eran los 80, algún año por el principio de esa década. Esa vez todos se habían ido y teníamos acceso a los cuartos de los varones. Hacía meses habíamos descubierto que había algo que se ocupaban de esconder. Mi hijez única (y mi corta edad supongo) no me dejaban adivinar exactamente qué era pero había que averiguarlo. Entramos y buscamos. Las tenían escondidas arriba de lo más alto de un placard al lado de la ropa de esquí. Trepamos. Creo que una hizo patita y la otra las iba alcanzando una por una y las tiraba sobre la cama. Aterrizaban con ruido pero no importaba porque no había nadie. Aún así todo el operativo tenía que ser rápido. El tiempo era clave. Cuando ya no quedaban más ahí arriba en su escondite, las juntamos en una pila y corrimos al baño por si llegaban los hermanos varones (o cualquier otra persona para el caso). Trabamos la puerta, nos sentamos en el piso, nos miramos decididas y abrimos una que tenía una foto de una chica con un helado que se derretía todo mientras ella dejaba (incomprensiblemente) que se le chorree por el costado de la boca y dejaba fotografiarse así. Una, en cambio, corría hasta el mostrador de la heladería Venecia (ahí cerca de la estación Olivos) con las manos en alto y pedía servilletas hasta acercarse al bebedero de agua heladísima para terminar de limpiar el tema. Esta chica no. Hasta parecía gustarle...
Ese día aprendí que no todas las chicas se preocupaban por un helado chorreando y otras tantas cosas más. Revisamos la pila entera y esa noche, muy disimuladamente cuando todos comían un asado en el jardín, subimos a devolver las HUSTLER a su lugar.

Labels: ,

Tuesday, January 10, 2012

Usted preguntará por qué cantamos



Bueno, básicamente porque se nos canta.

Labels:

Monday, January 09, 2012

El tiempo se impacienta y tira de mi pelo



Sábado a la noche y una certeza: una vida desperdiciada. ¿En qué estuve pensando tantos años que no escuché a Paloma San Basilio? Error.
Guitarra; cantamos. Voy anotando en un papel (que tiene anotaciones previas del electricista tipo "Térmica bipolar" y "tortuguita redonda exterior") los temas que van saliendo bien. Hay amplio repertorio nacional, incursiones folklóricas nunca antes versionadas "así" y hasta una gran bestia pop muy bien lograda por el guitarrista con el "a brillar mi amor" en coritos bien minita medusona. Hay cachirulada varia, hay buena versión de Chelsea Hotel y hay:
Beso a beso, dulcemente, abrázame que quiero
Sentirme diferente, el mundo no perdona y yo
Paloma infiel, prefiero estar contigo
Y no morir con él.

Labels:

Thursday, January 05, 2012

Snapshot



Un día las fotos viejas que estaban en un placard que había sido el lugar en el que Toti guardaba su ropa, se llenó de humedad y muchas se arruinaron por completo.
Todo lo que andaba dando vueltas por la casa sin rumbo fijo había ido a parar ahí, a ese placard. Cuando se vació sólo quedaban algunas cosas que no estaba claro a quién pertenecían: la cajita con las pomadas de zapatos y los cepillos por ejemplo. El se encargaba de esas cosas en casa, de tener mis zapatos de colegio impecablemente lustrados como los suyos y sin embargo cuando se fue, no se la llevó y quedó ahí, en el placard vacío. Con el tiempo se llenó de la “ropa de invierno y los tapados” y de cosas que ya no se usaban. Mamá fue ganando territorio y se ocupó de ocupar.
Cuando abrí las cajas ese día las encontré llenas de moho, algunas pegadas entre sí y otras con lamparones blancos donde se había corrida la tinta de la impresión. A veces las manchas caían en las caras de las personas y las hacían desaparecer, hongos que flotaban en un cielo de playa y escenas borradas de un tirón mal hecho porque quedaban pegadas a la foto anterior. Cuando las encontré así ese día creo que me angustié un poco. ¿Cómo voy a hacer para acordarme de lo que no me acuerdo, dónde voy a buscar si no sé lo que busco?
Creo que Toti nunca se enteró. Aunque nunca le gustó ver fotos viejas, el era encargado de clasificar los negativos y las diapositivas y le hubiese agarrado un ataque.
-¿Tu madre sigue teniendo las cajas de las diapositivas y los negativos?
A veces vuelve a hacer la pregunta y siempre le vuelvo a mentir.
Mi memoria es asquerosamente precisa, poquísimas veces me traiciona pero yo también soy de volver y revisar y me vuelvo a acordar tanto y tantas veces que termina siendo un cuento nuevo. Vuelvo a situaciones, incluso a esas en las que no estuve. El casamiento civil de mis viejos al que mi abuelo paterno decidió no ir por ejemplo, los colores del vestido de mi vieja ese día, la cartera, los testigos, una amiga de mi madre a la que nunca conocí y se llamaba Electra y hasta los zapatos que no salen en la foto. Del lado de Toti, el Gordo B, que jugaba en la primera de Olivos y el día en que se enteraron los dos que había muerto y lloraron un rato. Yo espié. Veo la otra foto y me acuerdo de lo mucho que me dolía que me desenreden el pelo después de un día de playa y cómo me hacía la dormida para ver si la cosa pasaba de largo y nada de bañarse, nada de esos tirones de pelo salado como las lágrimas que me caían por mejillas. Nada de eso.

Labels: ,

Tuesday, January 03, 2012

Small Misunderstanding

Alguien me deja este comment.

Porque no te vas a la puta que te pario "vividora de tias que nunca mueren para compartir edificio con 16 primos" dale tia BRUNA!!!! y no te metas con mi ex marido y con mi hija, ya que vos PUTANEASTE DURANTE 11 ANOS SEPARADA DE TU MARIDITO Y SEGUIAS CON TU MIGUEL ETERNO DE LA FARMACIA DE CASTELAR! clarito? y si seguis metiendote con mi familia (mismo mi ex que daba laburo a tu muerto de hambre! mientras tu Olga de madre escondia el JAMON CRUDO PORQUE SE LO COMIA TU CARLITO!) dale ratona, dale que me tratas de torta y a nuestros hombres los tratabas de putos!! hdp

12:20 PM
Quiero decir varias cosas:
De mis tías no se puede vivir.
No llego a 16 primos.
No tuve maridito.
Mi madre no es Olga ni esconde jamón crudo.
No he tenido ni tengo amante farmacéutico.