Friday, January 29, 2010

Así


Esa mesa ahí nomás de la escalera en la que no entran ni el aceto ni el aceite de oliva es tan mía y tan tuya que si algún día se me ocurre ir y encontrar a alguien (algún tarado, claro) ahí sentado, me creo en todo mi derecho de pedirle amablemente que se retiren y se busquen otra. Porque hay más, sólo fíjense. It´s a freaking restaurant, for God´s sake, you´ve got plenty to choose from. Hay cosas que son así, cosas que te pertenecen por derecho y no hay tiempo para explicaciones boludas.
Por ejemplo, la banqueta de este lado de la barra es mía y cualquiera que venga a casa se sienta del otro lado. Es como una regla tácita del hogar. Porque yo necesito fácil acceso a mi cocina, yo necesito controlar el risotto, darle vuelta a las fajitas o abrir el congelador para hacer el re fill. Chechus, por ejemplo, viene y obedientemente se sienta solita de su lado. No cuestiona. Ya sabe.
Hay cosas que son así, y no hay que empeñarse en cambiarlas ni quejarse. Un estado crónico digamos.

Tuesday, January 26, 2010

Snapshot


F habla en su cuarto mientras yo secuestro laptop y escribo.
Ofrece palitos, Torpedos de frutilla en realidad.
-Fríos y fálicos. FF.
Volvemos de Voulez Bar. Uno podría afirmar sin temor a equivocarse que se pueden clavar cualquier cosa entre 3 a 7 saludos en banda horaria 18-19.30. Después todo queda sublo y más parejita nocturna. Antes, mucha señora a tomar el té. Y si de té se trata hay un Monsoon Wedding con verbena y demás yerbas ¿o son hierbas? que hasta a mí me deja tranquilita como una siesta de verano en Santiago del Estero (a diferencia de "con los pájaros volados" que es como llego).
Me reúno con cliente. Cliente es de esos que no son del todo amables con los mozos y me violenta. Encima de todo no sabe usar su Mac y tengo que explicarle.
Se queja porque no hay licuados. Como no puedo decirle nada saludo a Leti mi moza preferida con el triple de simpatía que me sale naturalmente (que no es poca, que se sepa) como para marcar la diferencia. Cuando me trae el té le guiño un ojo cómplice como pidiendo disculpas.
-¿Hace mucho usás Mac?
-10 años. Más…
En la mesa de al lado el de nombre de actor muerto en los 70 (saludo), a dos pasos el doble local de Roman Polanski, más allá un barbeta desconocido con cara de recio y que le gusta coger bien compartiendo mesa con modelito me pongo cualquier cosa encima y me queda divino. Afuera, en mesita a lo que queda del sol conocido separado con 4 hijos que dice “quiero rehacer mi vida pero no me saquen la noche que es mi combustible espiritual”. (¿Quién sos, Ari Paluch?).
En el living de F miramos por la ventana enorme los edificios con ventanas que se van encendiendo; entre palito y palito alguien dice que todo el mundo tiene su costado bueno.
-Sí, y te podés clavar con un dodecaedro y le vas dando la vuelta hasta encontrárselo. Ponele. A pura paciencia.

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Sweet n´Low

Amigo tiene padre internado y complicado.
Amigo es hijo único.
Amigo tiene mujer e hijos pero sabe que es hijo único.
Me da cosa amigo.
Te acompaño en tu hijez única, le escribo en el texto. Y decido que decirlo no suma. Me apersono.
-¿Te subo algo?
-Una Coca Light.
Me gusta que amigo pida. Es buena señal.
Amigo mensajea pidiendo caramelos para padre.
No soy gran comedora de caramelos, de hecho creo que mi expertise se limita a los Sugus y no compro desde 6to grado. Decido un popurrí que incluya blandos, duros y frutales. Lo único que recuerdo de mis años de caramelos era evitar el Sugus verde menta y transar en busca de los azules. El orden: azul, colorado, naranja, amarillo, verde. En mi niñez el verde manzana no entraba en la competencia simplemente porque no existía.
Amigo toma Coca light agradecido, me hace clásicos cuentos de terror hospitalario en sala de espera y me despide con abrazo en el ascensor.
Hoy vuelve a escribir:
Golazo los caramelos! Gracias!
Bien. Me alegra.

Monday, January 25, 2010

Birthday Mamma

Compro regalos varios para madre y en el tour me auto regalo un jean blanco y una crema con Shea butter de Maracuya que me dan ganas de morderme o pasarme la lengua por encima cada vez que le acerco la nariz al hombro.
-Pasá la mano y sentí que suavecito...
Chechus pasa la mano por el brazo y comprueba.
Hago reservas en bolichito mexicano y comemos solas mientras hablamos de la vida y yo tomo tragos despacito de una Margarita.
-I didn´t know you drank Margaritas (y pronuncia Margueritas).
Pienso que deben haber varias cosas que no sabe de mí. Y otras tantas que mejor que tampoco sepa, claro. Caminamos por Palermo Scary movie porque mejor ir sin auto y no vagar buscando un lugar para estacionar, Ma y tomamos café en una veredita. Revisa sus regalos. Le encantan. En muy fácil regalarle algo a mi madre. Es linda, tiene buen lomo, es coqueta. Hay una infinidad de cosas para elegir y además la más grande lectora que conozco. Entonces, fallando la frivolidad, la opción del libro también te dejaría bien parada. Salvo que es difícil encontrar algo que se le haya pasado.
-Terminé La elegancia del erizo, Ma, un librito divino…
-L´elegance de l´ érisson, sí, lo leí. Me lo prestó una compañera de mi grupo de francés…
Y así. De repente tengo que admitir que las novedades literarias bajan de la generación anterior, no suben. Por el momento dado, al menos.
-Mandame algo que estés escribiendo. Siempre me gusta leerte.
Pienso qué le puedo mandar de lo mostrable y toda me asombra que cumple su promesa de no meterse acá. Mandarle cosas es mantenerla entretenida y neutralizar su intriga. Tengo padres obedientes.
Me dice que se siente joven pero que sabe que es vieja. La miro y la veo increíblemente linda y serena.
-Hoy me levantaba y pensé: where has it all gone, 73 years, where has it all gone?
No sé, Ma.

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Thursday, January 21, 2010

A falta de Vodka Tonics



F vuelve a Buenos Aires.
-¿Cómo estaba el mar?
-Increíble.
-¿Aguas vivas?
-Lleno. Como nunca. Después se fueron.

Fundamental el report marítimo.
Odiamos las aguasvivas.

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Wednesday, January 20, 2010

Volare, oh, oh

Termino con lo que parece una tarea titánica similar a importar 200.000 monos tití a Siberia en día feriado. Tal vez no tan difícil como eso pero La Habana, Cuba tiene sus vueltitas.
Termino con un dolor de cintura o lumbar o algo acá abajo al costado que me hace pegar unos grititos de dolor y por momentos fantasear con un quiropráctico apoyándome dos manos en la base de la espalda y haciéndolo desaparecer más bien como lo haría un cura sanador.
No hay mano santa pero sí el insólito ofrecimiento de un proveedor de venir a hacerme masajes gratis después de que mantengo conversación acerca del elevado costo de mi osteópata conocida. Lo hace por MSN con un clásico jejejeje acompañando la frase en un clásico intento por disimular verdaderas intenciones o minimizar desubicación evidente. Devuelvo un jejejejejeje de producción personal y pregunto por el tracking del paquete, en versión “thanks but no thanks” cibernética.
El dolor no cede. Lunes.
Martes.
A la noche voy en busca del mejor dealer de analgésicos que conozco en zona hoy por hoy: mi padre.
Cuando me ve entrar, espalda recta, me da vuelta y pone un dedo exactamente donde duele.
-¿Ahí?
-Ahí.
Grito.
Y agrega un “pobre carozo” (uno de los tantos apodos que datan de esa época en la que se me dio por ficar en el vientre materno) y camina lento en busca del kit de primeros, segundos y terceros auxilios.
Trae un blister y prospecto. Se le cae el prospecto.
-Cagamos –dice- ¿ahora quién carajo lo levanta, no?
A veces es puteador.
Optamos por Voltaren 50, Diclofenac en una de sus tantas versiones. Me trago uno comiendo una ensalada en Las Delicias y más tarde, boca abajo en mi cama siento que el Voltaren baja desde el cuello, recorre las vértebras una por una hasta la cola y antes de desubicarse y meter mano, frena en las lumbares hasta que el dolor desaparece. Me enamoro del Voltaren.
Y después me duermo.

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Monday, January 18, 2010

The Moon, the Inconstant Moon

Es así, en esos ataque de cuento todo no cuento nada. Hoja en blanco.

-Lo bueno es que sos constante, vos.
Justamente, je. Con revoleadita de ojos te lo digo, y un puf acompañado.
Lo bueno es que hay al menos un, UN aspecto de mi vida en el que soy constante.
Dos.
Y cuando quiero. En eso también soy constante.
Cuando escribo y cuando quiero.


Y le explico.
-A ver si me entendés. Yo abandonaba los bordados cuando había que pegar la vuelta al llegar a la derecha del cosito ese cuadrillé porque no podía volver. Y no quería atravesar por el esfuerzo tampoco. Entonces colgaba. Y el patchwork, sólo para el frente del almohadón. El dorso te lo encargo; ni me preguntes por nada más complejo que una bufanda tejida. Juré que ba a ser bailarina, pianista, actriz (esta era una fija con Oscar, speech escrito y todo) cantante, escritora, novia del Bebe Contepomi en las fiestitas del Newman, periodista de guerra, yuppie, cajera de super mercado (porque me copaban las uñas largas), esposa y madre a los 24, pintora, new romantic, mujer de Sean Penn, dependiendo el momento y aglunas convicciones de 28 segundos. Intensos, ojo.
Constante no sé si es lo que más me identifica te diría. Ahora ponele, arranco en un running team. Yo, yo que piquetiaba cada Cross Country en la Benemérita y los demoraba yo solita. SI, yo. The power of One. Yo solita contra la Benemérita Institución.
-You will walk the whole way through Miss, but you´ll do it.
Y eso hice. Y la gente, LA GENTE se retiró dos horas después viéndome cruzar el finishing line. Un running team. ¿Ne te digo? De constante un carajo.

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Thursday, January 14, 2010

ADN

Cuando Toti me contaba un cuento por las noches iba aumentando la intriga hacia el final y cuando yo no aguantaba más de la curiosidad se quedaba callado hasta enloquecerme.
-¿Y?
Ahí me miraba fijo y cada vez se repetía la misma frase que me hacía retorcerme de intriga y de bronca.
-Y entonces vino la gatita blanca y se tomó toooooda la leche.
Y el toda era largo y arrastrado y yo pataleaba y decía Dale, dale, To, contame cómo termina. Y ahí algunas veces más la gatita que se tomaba el plato de leche (a la que yo me imaginaba blanquita y toda peluda que daban ganas de apretujar y me distraía brevemente del relato) pero con mis ruegos y mi pataleta terminaba el cuento que era seguramente genial e inventado en el momento. Salvo que yo siempre pedía remake, como todos los chicos. Porque es la repetición y lo predecible del ritual lo que gusta a veces, no la novedad.
Y después, con su amigo Hugo jodían con la frase Inderfurgen indecheguen (que recién hoy vengo a enterarme cómo se escribía en su cabeza), que hasta donde yo sé no quiere decir nada ni en alemán ni en ninguna lengua pero Toti había inventado una canción de lo más escatológica que decía cantaban en los Alpes (cosa que enfurecía a mi madre porque ella sigue diciendo pipí y popó y casi nunca, a decir verdad, porque no es necesario hablar de esas cosas en mi casa, en lo que fue mi casa). Y yo lo heredé y lo escatológico me desagrada profundamente. Pero a Toti le enloquece el chiste soez y asqueroso de pipí y popó y había inventado un tema musical que acompañaba la letra que era una cruza entre La cucaracha y Hasta luego cocodrilo pero sonaba a un alemán digno y decía algo como Yo me caguen in de bombach, in der frugen in der cheguen y hacía las delicias de todos los presentes (yo inclusive) menos de mi madre que lo observaba bailar en trencito solo por la casa Yo me caguen in de bombach y sufría penosamente pensando en el espécimen con el que se había casado.
Bueno, hoy así de la nada, Toti me manda esto después de decirme que anduvo incómodo todo el día de ayer con sus pies que le duelen. Con la frase final me acota: y no me di cuenta que anduve con el calzador puesto en el talón todo el día.
Cosas que hace mi padre.
Y estas escribe:

Subject: INDEFRUGEN 2010

2010
dosmil diez
(Tiene 10 letras)

El día 10, del mes 10, a las 10 menos 10, y a los 10 años de casados, nace Charlotte, Así como fue recibida Charlotte, démosle al año la mejor bienvenida.
¿Sabías que todos los relojes en los avisos publicitarios marcan las diez y diez?
Tampoco lo sabían Maradona y Messi, que son los mejores número diez del mundo (versión masculina, por supuesto)
Diez es el primer número que tiene dos dígitos.
Diez es la nota máxima.
También tenemos diez dedos en las manos para contar y pintores sin manos que cuentan y pintan con los diez dedos de los píes.
Siempre da diez.
¡Que buen año nos espera!

“Besusquen 10 in de frugen inde shegen
Frost 2010 den ñajem”

es mi deseo para ti, hija de mi corazón
Toti

Lo que quiera haya querido decirme y desearme con ese mail.

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Wednesday, January 13, 2010

Certezas 5. Esas leyes que rigen mi mundo

Cuando a las minas bián les calienta un tipo, te dicen que es espléndido.
En contexto:

-Boluda, me calienta Prat Gay un poco, te digo. Todo tan formalito...

Y la chica bián responde:

-Ah, sí. Es espléndido.

Calentar es calentar, coger es coger y cojer con J también. Ya bastante la gente se marea y arruina la vida con eufemismos. Todo en el rubro de "hacer el amor" que además de cache es casi sinónimo de coger mal.

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Tuesday, January 12, 2010

Faux Pas




A veces se me da por innovar y cometo errores fatales. Salgo, por ejemplo, del RED habitual y caigo en los tonos salmónidos simplemente porque veo a una chica que tiene uno color coral que me parece que le queda lindo. No es mi caso. Me equivoco cruelmente. Al final del día de ayer juré arrancármelo sin piedad, no sin antes someterme a una de mis deformaciones profesionales y ver si empata con alguno de los naranjas de la Pantonera.

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Finders are Keepers

Cruzando la plaza Guadalupe el sol es demasiado fuerte y contra las baldosas blancas hace un efecto nieve que te obliga a ponerte los anteojos de sol. Hago el cambio. Me saco “los de ver” y los reemplazo por “los de sol”.
Más allá un Eirdale Terrier se bate a duelo con un Pitbull. Hay ladridos y alaridos humanos, puede que haya sangre. Los dueños tironean cada uno para su lado y los perros van a terminar despedazándose. Me asusti. Después se callan porque no pueden morder y ladrar; apenas aflojan las mandíbulas y vuelven a morder otra parte de la cara del enemigo. Todo es caos. Gritos. Hay sangre en el Pitbull. Más gritos, tantos que no escucho el estuche de mis anteojos acolchado cayendo al suelo y sigo de largo, esquivando el desastre para llegar a mi sesión de las 10.15. Recién me doy cuenta una vez ahí y tengo una sesión cegada por la furia. Pienso en volver al lugar, ando mis pasos. Camino en reversa. El camino de pedregullo, los árboles, el arenero, un banco, dos… A lo lejos un borracho duerme de costado entre colchones, baldes y bolsas de plástico. Entre sus chucherías reconozco mi estuche. No lo puedo creer. Me acerco sigilosa. Pienso dos segundos, lo manoteo y salgo corriendo. Robo a un homeless impunemente. La iglesia de Guadalupe parece más grande que nunca. No me importa nada. Sigo a paso acelerado.
Eso de Finders are keepers es relativo. Tiene una enmienda, Original Owners, are retrievers. ¿Y qué?

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Tengo Twitter

¿Ya lo dije?

http://twitter.com/CharlottePapers

Monday, January 11, 2010

The Swimming Pool

Panamericana-Pilar. Un bolso de casi el mismo tamaño para un fin de semana que un mes en Paris. Ya me entregué. No la peleo más. Me declaro incompetente. Packing Light no es mi lucha. Siempre termino por cargar un bolso gigante al hombre y tener que tomar decisiones estéticas y de vestuario cuando no son necesarias, cuando circulo todo un día en una musculosa y lo que queda de un pijama.
Después de nadar exactamente el número de piletas que me había asignado (perdiendo un poco tal vez la cuenta por la mitad y compensando para abajo. ¿a quién intentamos engañar?) decido que leer mi libro desde el agua es un buena opción. Apoyo los codos en la piedra y los saco enseguida porque está hirviendo, como recién salidita de un volcán. Levanto agua con una pala hecha con las manos y la hago correr sobre la piedra blancuzca que se oscurece y si te acercás (pero bien cerca) casi apoyándole la nariz encima y sintiendo el vapor que sube, podés reconocer los fósiles diminutos de plantas que existieron hace un millón de años.

“Si contases la historia del mundo en términos de un año, un año terrestre, tal cual lo conocemos nosotros, podríamos decir que la vida en la tierra empezó el 31 de diciembre, y el hombre, ese mismo día casi antes de que toquen las doce. ¿Era así?”.

Una falta de respeto, yo durmiéndoles encima. La vida en el mundo bajo una bikini chorreando agua con cloro. Pienso que vistas desde arriba, las piletas con como Tuppers ridículos, Tuppers sin tapa de agua estancada llena de químicos que la salvan de la podredumbre total. Decido ir siguiendo los fósiles con el dedo. Son helechos en miniatura, negros con hojitas y cuando les paso el dedo por encima y el agua los toca, se oscurecen todavía más. Los busco siempre que me topo con estas piedras y casi siempre los encuentro. Su valor paeontológico debe ser relativo, sin embargo para mí, deberían estar en un museo.
La noche del viernes está llena de estrellas. A mi las estrellas entre que me fascinan y me generan un estado de pánico avanzado. Tirada en la piedra todavía tibia, claramente reconozco que hay algunas que titilan azul (la mayoría) y otras con un color, que si pudiese definirlo es más anaranjado. Puede ser el champagne también y la oscuridad total que altera los sentidos.

“Y de repente, esa estrella que ves ahí, se apagó hace una millonada de años y vos simplemente estás viendo la luz que llega”.

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Friday, January 08, 2010

Coger

La calle Rosales siempre había sido cortada, igual que Alberdi, entonces se complicaba si decías que vivías en la cortada de Rosales y Alberdi, salvo que el Rosales que precedía indicaba que tu casa era sobre esa, haciendo intersección con la otra. De todas formas, cuando eras chico era más fácil llegar jadeando con tu bicicleta, señalar y decir “vivo acá, yo”. Si tu casa era sobre Alberdi, decías sobre la barranca y ya todo quedaba clarísimo.
La cortada estaba literalmente cortada por unos troncos largos que la atravesaban y más allá el jardín enorme de la quinta de los Cornejo Saravia que bajaba también en barranca llena de enredaderas hacia el río. Cuando el cuidador se distraía, podías treparte por el alambrado ayudándote de la pared de ladrillos bajita del costado y entrar a explorar. Con miedo. El castillito francés venido a menos como la familia era el paraíso perfecto para el programa de “casas abandonadas” de los 10 años.
Mis amigos de fin de semana eran los amigos de la cuadra. Nani, la hija de Florencia y Don Sosa, los porteros paraguayos de Rosales 2653, Marité que vivía en la esquina y su casa agarraba parte de la barranca, unas hermanas malísimas y algún que otro vecinito varón disponible que se sumaba.
Una tarde, parados todos en nuestras bicicletas, un pie en el suelo, otro en el pedal, aprendí la palabra coger. La escribieron con el jugo verde de unas de esas plantas pinchudas como el Aloe Vera sobre el salpicré del garage de Rosales 2653.
-¿Sabés lo que es?
Todos me miraron intrigados para saber si contestaba.
Ahí aprendí la palabra. Unos años después exactamente lo que quería decir. Y todavía un poco más tarde, lo bueno que estaba.

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Wednesday, January 06, 2010

Death and the Maiden

Camino de vuelta de mi reunión en quién sabe qué barrio, en un taxi de esos con puerta corrediza que hay que abrir con cancha, me doy la última capa de esmalte transparente porque ayer no llegué a terminar el "final coat" que hace que duren más impecables. Toca uno de esos tacheros charlatanes que va relatando los obstáculos que encuentra por el camino. Como no me dice nada del esmalte, no le digo nada de la charla compulsiva y convivimos en paz. En la esquina hay un patrullero enfrentado con otro y dos oficiales que están colgando esas cintas de plástico amarillo CSI. ¿Crime scene? No podemos saberlo aún. Faltan unos metros.
-Un muerto, dice el tachero.
Miro la vereda casi sin querer. Ahí está. Es un hombre, tapado con bolsas de consorcio grises y apenas asoman unos zapatos de abuelo. Por lo demás, no puede verse nada. No hay sangre. El señor tiene una pierna cruzada sobre la otra y de no ser porque está muerto, si sólo viese eso me imaginaría que también tiene los brazos tirados hacia atrás y se sostiene la cabeza con las manos como tomando sol. Descansando un rato. Pero no, está muerto. La posición de los pies me confunde. Tengo todavía el esmalte en las manos y lo guardo a pesar de que me faltan 3 uñas de la mano derecha, la más difícil porque la pintás con la izquierda y no tengo la misma motricidad fina. No puedo seguir, claro. Pienso en el señor. ¿Le avisarán a la familia?
-Se debe haber descompuesto en la calle, dice el tachero. Parece un hombre mayor.
Lo dice por los zapatos, por esas puntas que asoman. También podría ser un hombre joven con zapatos de viejo pero jamás lo sabremos. Guardo el esmalte.
Yo almuerzo con Coco en la barra de Tancat apretujada entre Coco y un turista chino que paga con tarjeta y me relojea con el espejo. La familia ya debe estar enterada supongo. Después se sienta uno que se cree el rey de los cheroncas y masca chipirones con su hija mientras repite dos o tres veces que es "mosquero, pescador de truchas". No sé si trata de impresionarnos pero lo ignoramos. La cercanía de la barra de Tancat es un poco promiscua. Si Coco no me hablase podría escuchar perfectamente lo que el señor le cuenta a su hija, tienen una empleada que se llama Melchora y tiene "poca onda". La señora mayor del lado de Coco pregunta si el plato que pidió tiene champiñones. Ya le pegó dos bocados a las especialidades de la barra.
-Porque soy alérgica.
-Esos son champiñones rebozados, señora -dice el mozo- figura en el menú. Y le señala unas bolitas empanadas.
-Ya me comí una. Voy a morir. ¡Me muero!
La señora se enfurece y manda su plato de vuelta. Es sabido que una de las especialidades de la barra de Tancat son esos champiñones. Tarde pía Madame.
El mozo corre dertrás de la barra con un nuevo plato. Y por supuesto, Madame no muere.

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Monday, January 04, 2010

Hija de tu madre


Al lado de los dos otros libros que me había llevado como medida preventiva a la ausencia de TV nocturna está The Golden Notebook. La tapa, demasiado vieja, gastada y enclenque como para ser leída, fue cubierta con un papel marrón clásico y ahí, de su puño y letra, mi madre escribió el título y el nombre de la autora abajo.
Cuando Maca lo ve me pregunta por qué le escribí el nombre en la tapa. Maca fue conmigo al jardín de infantes y después cruzándonos intermitentemente durante la primaria no nos dimos mucha bola hasta que nos sentamos a un banco de distancia de primero a quinto -que en la Benemérita institución no eran bancos ni pupitres sino simplemente desks- y terminó siendo de mis mejores amigas. Entonces puedo decir que nos conocemos hace más de 30 años, 35 para se más precisa y que sus hermanos son un poco mis hermanos y muy mis amigos y sus padres, son prestados y ahora muy mis amigos también. Su madre me cuenta por ejemplo, de esa vez que yo diminuta y fabuladora le conté de las múltiples mascotas que tenía en mi casa, haciendo todo sonar como un zoológico doméstico. La verdad, era que apenas tenía una tortuga de tierra horrible y aburrida a la que había bautizado Toti (no comments) que terminó por arrojarse del balcón al jardín a temprana edad y fue reemplazada por Pepa, y un conejo (que en realidad era de mi vecina pero cada tanto lo robaba y me lo llevaba a la cama). Fabuladora.
Entonces, es de suponer que Maca (como lo haría cualquiera de mis amigas y yo con ellas) reconocería mi letra como si la hubiese visto ayer en mi carpeta de Fisicoquímica o en el banco de adelante. Mi letra linda y suelta tan útil para copiarse a la distancia salvo que yo no era muy de ayuda en Fisicoquímica, claro. Mi letra linda y suelta pero que requirió de largas horas de caligrafía porque simplemente no estaba up to the standards de la Benemérita y resultó así como está en el papelito, tan parecida a la de mi madre, tan idéntica a la mía, a la suya, tanto que no podría ni mi mejor amiga reconocer una de otra.
En las cuadras que separan el MALBA de casa le digo a Docampo lo mucho que me pesa a veces encontrarme con esos razonamientos tan parecidos a los de mi vieja, ideologías que hasta rechazo a veces, el prejuicio y el juicio que a veces me hace sentirme tan poco libre en mi aparente independencia y rebeldía de cabotaje.
-La concha de mi madre, boludo. Me da tanta bronca a veces ser tan hija de mi madre.

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Sunday, January 03, 2010

Pero no se ve

Amiga está enroscada y lucha con su monstruo verde con el taladro muy instalado dentro de su cabeza, el que conocemos de memoria y sabemos que por momentos anda desbocado.
-¿Estás?
-Sí, obvio. ¿Estás bien?
-Maso. ¿Tenés té de jazmín?
-Obvio.Pasá.
Una cucharada de esas pelotitas diminutas como perlas retorcidas que se abren cuando les tirás agua a punto de hervir en la tetera y los oídos igual de abiertos. Amiga habla. Yo escucho. El té larga perfume a jazmines pero en serio, a esos que venden en las esquinas. No es una re interpretación del olor a jazmín, es olor a jazmín.
Me gusta preparar la tetera y saber que la puedo calmar, que entre el té y yo podemos hacer algo y que cruce la puerta un poco mejor que como entró.
-No te quiero limar la cabeza.
-Es por turnos. Estoy en alza, vos relajá.
Me siento del otro lado del subibaja (¿o es sube y baja?). Parezco quieta arriba pero si alguien pasase la película en fast forward podría verse el movimiento, como sube y baja el sube y baja. Así. Clarito. Hay que verlo en perspectiva nomás.
Unas horas antes tomo el té con Amigo en el Malba y nos acercamos a lo que puede ser una peleíta de esas que hacen, que hacemos las minas. Amigo está a punto de colocarme en "lugarcito minita armando escenita" que detesto y ya puedo verme arañando y mordiendo con uñas y dientes para salirme de ahí y también veo la oportunidad única de la no reacción y dejarla pasar. La dejo pasar. ¿Por qué me molesta tanto ese lugar de minita? Parte de mi Mambo Number Five. Amigo es sabio y hace lo mismo. La deja pasar y me la rema. Le cuento mis días en el mar y hacemos grandes planes para mi vida. No son tan grandes pero Amigo se entusiasma, escucha y acompaña. Amigo le tiene mucha fe a mis planes. Es mi turno para el té y me lo va dando en gotas esas cuadras que caminamos cuando me acompaña de vuelta hasta casa. Nada que un té de jazmín no pueda solucionar.